¿…los hombres tenían una verdadera obsesión por aumentar
partes de su cuerpo de tamaño?
Bueno, aunque sólo fuera a simple vista. Esta obsesión llegó
a convertirse en una moda, pues los hombres comenzaron a llevar sus abrigos con
heno y paja para que su cuerpo pareciera tener mayor envergadura. Y la cosa no
acabó ahí, porque del abrigo pasaron a las hombreras y las mangas y,
finalmente, acabaron rellenando también la parte de la entrepierna. A este
hecho debo añadir que las calzas dejaron de usarse en virtud del uso de las
medias, que sujetaban mejor el triángulo rellenado con heno y que ayudaba a
acentuar la forma de la entrepierna. Está claro que las mujeres no eran las
únicas en querer realzar sus atributos.
¿…cada elemento tiene su razón histórica?
En nuestra exposición estará explicado cómo los vestidos
femeninos tenían alguna apertura a través de la cual se pudiera intuir las
enaguas y en el caso de los hombres el forro de la vestimenta. Lo curioso es el
aspecto histórico de ello. Estas “rasgaduras”, llamadas “acuchillados” es una
conmemoración de la victoria contra los suizos a finales del siglo XV, donde el
ejército inglés rasgó los estandartes y las tiendas de campaña y usaron los
jirones de tela para colocárselos sobre su ropa, dejando entrever debajo sus
propios ropajes.
También es destacable el uso de pañuelo y del abanico,
elemento que trajo Cristobal Colón a modo de regalo y que favoreció las
influencias entre España e Inglaterra. Los abanicos tenían formas y los colores
de las banderas de sus países, y el pañuelo fue un elemento tanto para hombres
y mujeres que denotaba la clase alta de quien lo portaba, fue un elemento de
distinción de rango hasta tal punto que se prohibió el uso del pañuelo a las
clases de la población más pobres.
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